lunes, 2 de enero de 2012


Bailamos porque el cuerpo lo pide y el alma lo necesita.Bailamos porque bailando tocamos el cielo y nos arrastramos sobre el suelo.
Bailamos, sacudimos y movemos, porque quedarse quieto es aburrido y fácil.
Transpiramos y agotamos el pulso, y nos encanta.
Bailando
estamos acá y allá... estamos en todos lados.Consumimos rápido el oxígeno de cualquier lugar, empañamos espejos y provocamos un incendio humano.
Bailamos porque arrancamos las penas del pecho y hacemos saltar las lágrimas y llevarlas bien lejos.
Bailamos con energía
, y cuando se acaba, la inventamos; la robamos de algún lado y sonreímos.
Bailamos y no se trata de técnica, físico o estética;
acá manda la actitud.Bailamos e imaginamos, nos equivocamos y la arreglamos.Bailando alteramos la gravedad, golpeamos y agitamos la sangre en las venas.
Bailamos porque afuera el mundo se destruye, se etiqueta, se vende, se compra, se consume...Bailamos y nuestro estilo no está en venta.
Bailando nos expresamos.
Bailamos porque nos gusta sentir que nos desarmamos,
bailamos porque somos dueños de nuestro cuerpo.Bailamos porque lo llevamos adentro.